MAXIMALISMO ANARQUISTA / ANARQUISMO MAXIMALISTA POR JOHN MOORE
Traducción y resumen: Jaime Ernesto Vargas-Mendoza
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1.
En 2. El anarquismo Maximalista abarca aquellas formas de anarquismo que buscan su expresión exponencial, retando al poder y luchando por su abolición. Un proyecto como este involucra un cuestionamiento racional de la totalidad de lo que yo llamaría en breve, el complejo del control (la totalidad de las relaciones de poder y el ensamblaje de las estructuras de control). No se considera al poder como algo localizado en una sola institución como el patriarcado o el estado, sino como un fenómeno ubicuo en la vida cotidiana. Así, el propósito del maximalismo sigue siendo el desmantelamiento del complejo del control, de la totalidad, de la vida estructurada por el gobierno y la coerción, del poder en sí mismo, en sus múltiples formas. 3. Dada la ubicuidad del poder y su capacidad de insinuarse en toda forma de relaciones y situaciones (aún las más íntimas y aparentemente despolitizadas), la postura maximalista implica un incansable cuestionamiento de todos los aspectos de la vida cotidiana. El poder, en todas sus formas evidentes o sutiles, debe ser desechado, para que la vida sea libre. El maximalismo implica la renovación y la extensión del proyecto de Nietzsche para el replanteamiento de todos los valores, con objeto de abrir las posibilidades de nuevas formas de pensamiento, de percepción, de comportamiento, de acción y de formas de vida, en escuetas epistemologías y ontologías anarquistas. 4. En contraste, el anarquismo minimalista abarca esas formas de anarquismo que no han dado el salto cuántico post-situacional hacia las posiciones maximalistas que hemos delineado arriba. Desde la perspectiva revolucionaria del maximalismo, el anarquismo minimalista aparece como reformista, incapaz o carente de la disposición para romper con el complejo del control en su totalidad, como inadecuado ante el proyecto de creación libre de la vida mediante la erradicación de toda forma de poder, es decir, destinado al fracaso. El Maximalismo permanece radical en el sentido etimológico del término, pues va a la raíz del problema, mientras que el minimalismo se mantiene dispuesto a acomodarse con aquellas formas del poder que le resulten convenientes o que no esté dispuesto a confrontar. El minimalismo aún se mantiene estancado en la política nostálgica de “Si tan solo …”, mientras que el maximalismo procede a la anti-política de una mera cuestión de ciencia ficción, cuando dice “Qué tal si …”.
5.
La prioridad urgente del
maximalismo la constituye el desarrollo y la implementación de una psicología
anarquista. Otras dimensiones del proyecto anarquista se mantienen como
subsidiarias de este propósito. En el abandono del bagaje del racionalismo de 6. Con objeto de combatir este proceso, el maximalismo necesita responder el principal cuestionamiento de Perlman: ¿Porqué la gente desea su propia opresión? Esta es esencialmente una cuestión psicológica, relativa al tema del develamiento de las motivaciones ocultas (o inconscientes), ocultadas por, para y de uno mismo, por el poder. El otro lado de esta interrogante es igualmente significativo: ¿Qué hace que algunos individuos sean anarquistas o unos anti-autoritarios radicales? El anarquismo no podrá avanzar de manera significativa si no se resuelven estas cuestiones. Y como estos temas son de naturaleza psicológica, sobresale como un proyecto primordial el desarrollo de una psicología anarquista distintiva. Para que progrese el proceso de regeneración humana (y concomitantemente ecológica), el maximalismo necesita alcanzar la comprensión psicológica de los mecanismos de opresión y de liberación. Estas cuestiones resultan precedentes para el proyecto anarco-psicológico crítico de Stirner, Nietzsche y Dostoevsky, mismo que esboza John Carroll en su libro “Break-Out from the Crystal Palace” y que es continuado (no por Freud como pensaba Carroll) por el psicoanalista anarquista Otto Gross. Esta tradición necesita ser renovada y reformulada para explicar las formas de control integradas e intensificadas que emergen de la sociedad contemporánea, que es una sociedad tecno-administrada de masas.
7.
El Maximalismo solo puede
progresar si reconoce la inutilidad de la política y del discurso político como
formas de articular y comunicar las preocupaciones anarquistas. 8. Un aspecto clave en las aflicciones anti-totalitarias sigue siendo el ulterior análisis y el combate directo contra el micro-fascismo. Podemos tomar el libro de Rolando Pérez “On An(archy) and Schizoanalysis”, como una excelente y accesible introducción a esta área crucial de reflexión. El fascismo y otros sistemas totalitarios (incluyendo el liberalismo totalitario del capitalismo democrático), se basan en el micro-fascismo que estructura, moldea e informa la vida cotidiana dentro del complejo del control. Dado que el maximalismo implica la erradicación exponencial de todos los mecanismos y formas del poder, desde las más enormes hasta las más íntimas y mundanas, el concentrarse sobre el micro-fascismo resulta más fundamental que aquellas preocupaciones anti-fascistas relativamente superficiales, donde el fascismo es entendido como un movimiento político organizado. El anarquismo maximalista se mantiene resueltamente anti-político, anti-ideológico, anti-sistemático y anti-autoritario. En su lucha contra el micro fascismo, se mantiene anti-capitalista, anti-comunista, anti-socialista y anti-fascista, pero sobre todo revolucionario. 9. Desde el lado afirmativo y constructivo de la vida, el maximalismo conserva su compromiso con la acción directa, el proyecto de insurrección y su ilegalidad (dado su rechazo a toda forma de poder, autoridad y orden). Ni un paso atrás en el asalto de todos los frentes del complejo del control. Cada aspecto de la vida cotidiana necesita de una reevaluación a partir de una perspectiva anarquista (no implica esto el cambio de todo, sino el escrutinio de todo). Aunque, el maximalismo también significa la propuesta de alternativas. El maximalismo debe definirse como la imaginación y el deseo sin límites. Moviéndose más allá de la política, el maximalismo significa la conducción de experimentos, libremente escogidos y en consonancia con nuestro deseo, imaginación e interés, en todas las áreas de la vida cotidiana, incluyendo el lenguaje, las formas de pensar, la percepción, la conducta, las relaciones, la acción y la interacción. El maximalismo anarquista es la manera óptima de crear nuestras propias vidas, libres de controles ejercidos por el poder, la autoridad y el orden.
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En caso de citar este documento por favor utiliza la siguiente referencia: Vargas-Mendoza, J. E. (2009) Maximalismo anarquista / Anarquismo Maximalista. Resumen. México: Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C. En http://www.conductitlan.net/maximalismo_anarquista_anarquismo_maximalista.html |
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Última actualización 1 de enero del 2009
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